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Gozo Cuerpístico como resistencia y autocuidado

En la búsqueda de la felicidad y el bienestar en la vida cotidiana, a menudo nos encontramos con desafíos y adversidades. Los sistemas de opresión y las exigencias de la sociedad pueden hacernos sentir que no merecemos el bienestar y el gozo. En respuesta a esta realidad, existe un enfoque para la vida llamado gozo cuerpístico. Este concepto se ha convertido en un faro de resistencia y autocuidado, invitándonos a preservar el amor y la compasión hacia nosotras mismas y los demás. Por ello, en este artículo exploraremos en detalle el origen del gozo cuerpístico, su propósito y cómo podemos integrarlo en nuestra vida cotidiana. 

La base se nutre del trabajo desarrollado por Fina Sanz en torno al buentrato como proyecto de vida. Este concepto se asienta en la idea de que el buentrato parte del amor y la práctica consciente de cuidar de nuestro propio bienestar a través de pequeñas acciones que dependen de nosotros. Sanz lo define como «la práctica consciente de hacernos cargo de nuestro propio bienestar a través de cosas pequeñas, que dependen de nosotras, agradecerlas y agradecernos por el propio cuidado». 

El gozo cuerpístico toma prestada esta filosofía y la amplía, convirtiéndola en una forma de expresión del amor, la validación y el respeto hacia una misma y hacia las demás. Es una invitación a vivir en armonía, alegría, balance y disfrute, incluso en medio de momentos difíciles. A menudo, la vida nos presenta desafíos y obstáculos, pero el gozo cuerpístico nos anima a enfocar nuestra energía en el autocuidado y el bienestar, reconociendo que somos merecedores de amor y compasión. 

¿Para qué sirve el gozo cuerpístico? 

El gozo cuerpístico no es un mero concepto abstracto: es una práctica poderosa que nos ayuda a generar salud y felicidad en nuestras vidas. Uno de sus propósitos fundamentales es enseñarnos a escucharnos a nosotras mismas sin juicio, crítica ni

rechazo. Nos invita a establecer una relación basada en la empatía, la amabilidad y la comprensión. 

Esta filosofía también se convierte en un camino de conexión con nuestro cuerpo y sus memorias de placer. Nos desafía a cuestionar el papel que ejercemos en nuestro propio sufrimiento y a evaluar cómo abordamos nuestro malestar. Los sistemas de opresión nos llevan a creer que no merecemos el bienestar y que somos responsables de lo que nos sucede, a menudo minimizando el impacto de las violencias sistémicas que enfrentamos debido a nuestras circunstancias personales. 

En momentos de crisis, el gozo cuerpístico se convierte en un refugio. Nos invita a considerar el movimiento como una forma de curación para regular nuestro sistema nervioso y lidiar con emociones no placenteras. Nos brinda seguridad y calma al conectar con prácticas sencillas que a menudo pasamos por alto y que nos ayudan a mantenernos estables sin recurrir a la evasión o la disociación. 

¿Cómo ponerlo en práctica? 

La implementación del gozo cuerpístico en la vida cotidiana comienza con un acto de autoconciencia. Es crucial hacernos preguntas: ¿Qué necesito en este momento? ¿Qué me apetece hacer? Las respuestas nos permiten evaluar cómo nos sentimos y nos brindan el espacio para escucharnos sin juicios. 

Una vez respondidas, podremos explorar las pequeñas acciones que nos brindan gozo y bienestar. Estos son algunos ejemplos de prácticas de gozo cuerpístico

● Regalarte un paseo por un lugar que te gusta. 

● Practicar la gratitud contigo misma todos los días. 

● Disfrutar de un momento de intimidad. 

● Tomar una ducha tranquila y apreciar el contacto del agua y el jabón en tu cuerpo. 

● Regar las plantas y conectarte con la naturaleza. 

● Tomar un café por la mañana para empezar el día con calma.

● Priorizar el descanso y el sueño como un derecho.

● Acariciar a tu mascota y disfrutar de la conexión. 

● Escuchar el apoyo y la comprensión de amigas y seres queridos en momentos difíciles. 

Estos pequeños actos de amor hacia una misma nos conectan con la vida y nos ayudan a ser conscientes del gozo en nuestro cuerpo. Tomar conciencia y hacernos cargo de nuestro bienestar mental, corporal y espiritual es fundamental para la práctica del gozo cuerpístico. Además, nos recuerda que se trata de una experiencia tanto individual como colectiva. No estamos solas y es importante estar presentes, conectadas con lo que necesitamos y trabajar juntas para recuperarnos. 

El gozo cuerpístico, más que un concepto, es un enfoque de vida que nos ayuda a resistir a los sistemas de opresión, promover el autocuidado y cultivar la alegría y el merecimiento. Al integrarlo en nuestra vida cotidiana creamos un camino hacia el bienestar mental y corporal. Nos unimos a otras en la búsqueda de un mundo más compasivo y amoroso, donde el merecimiento, la ternura y la felicidad sean la norma. 

Así que promovamos el gozo cuerpístico y hagámoslo una parte fundamental de nuestra vida diaria. A través de esta práctica, podemos sanar, resistir y conectarnos más profundamente con nosotras mismas y con aquellos que nos rodean. Es un recordatorio constante de que merecemos amor, compasión y bienestar, y es un faro de esperanza en tiempos de adversidad.

Este artículo fue escrito para la Revista Feminista Jurídica WeDISSNT de la Colectiva 1600s https://www.colectiva1600s.com/wedissent